La Terapia Familiar Sistémica entiende que los problemas en las relaciones familiares que no se solucionan perjudican al clima emocional y a la estabilidad familiar, interrumpiendo la evolución personal y los proyectos vitales de cada uno de sus miembros. De esta manera, se pretende ayudar a las personas del grupo familiar a ser conscientes de la situación que está generando malestar y a encontrar formas de hacerle frente, ya que afecta a sus relaciones y genera tensión en la unidad familiar en la que están todos inmersos.
El terapeuta evaluará e intervendrá en los cuatro pilares fundamentales del sistema familiar que determinan su funcionalidad/disfuncionalidad: las funciones de cada miembro, la estructura del sistema familiar, el ciclo vital familiar e individual de sus miembros, y el tipo de comunicación y de clima emocional dominantes. De esta manera, se evaluarán cada uno de estos pilares que conforman a la familia y se analizarán sus mecanismos y forma de funcionar para poder sustituir, cambiar, añadir o eliminar las variables necesarias para un funcionamiento saludable.
Algunos de los problemas más frecuentes con los que suele trabajar un terapeuta familiar son los siguientes:
La terapia familiar puede ayudar a las familias y las personas que las forman a: